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La nueva normalidad para las empresas en 2025

La «nueva normalidad» para las empresas en 2025

2025 llega con una perspectiva optimista de crecimiento lento pero constante para las empresas de tamaño medio a nivel mundial. La «nueva normalidad» en el nuevo año se traduce en que el éxito a largo plazo depende no solo de la rentabilidad, sino también de la resiliencia, la responsabilidad y la previsión tecnológica.

Samuel Miley, economista y director del Centro de Investigación Económica y Empresarial (Cebr por sus siglas en inglés) ha realizado un análisis sobre las perspectivas para las empresas en 2025  publicado en MOORE Intelligence, el centro de investigación de MOORE Global.

En su análisis, Miley resalta que en los últimos años se han producido profundos cambios en la forma de operar de las empresas, impulsados por impactantes factores externos como la guerra y la pandemia, y combinados con el impulso de corrientes como la sostenibilidad, la transformación digital y la reforma del gobierno corporativo. Estos cambios han obligado a las empresas a reevaluar los modelos tradicionales y adoptar nuevos marcos para gestionar el riesgo e impulsar la innovación.

Gracias al gran número y variedad de clientes de la red internacional de firmas de auditoría y consultoría de MOORE Global, en los últimos tres años MOORE y Cebr han trabajado juntos para encuestar a líderes de empresas medianas de los principales mercados del mundo con el fin de explorar sus opiniones y actitudes ante estos cambios estructurales. Entre las conclusiones de ese estudio podemos destacar los siguientes aspectos:

Trabajo híbrido

La pandemia de Covid-19 ha modificado el funcionamiento de las empresas, y los modelos de trabajo híbrido se han convertido en una característica duradera del mundo corporativo. De hecho, el 77% de las empresas apoyan ahora el trabajo remoto e híbrido, lo que supone un cambio significativo con respecto a las normas anteriores a la pandemia.

Los empresarios consideran que el impacto del trabajo híbrido ha sido positivo, y muchas empresas informan de aumentos de productividad. Así lo corroboran diversas investigaciones que muestran que el cambio digital impulsado por el covid puede aumentar significativamente la productividad de los empleados con una equivalencia estimada en dos horas más de trabajo al día para los trabajadores remotos.

Sin embargo, el alcance de este éxito varía significativamente de un sector a otro: En sectores como la informática y las finanzas, donde la interacción cara a cara es menos crítica, la encuesta de MOORE Global reveló que alrededor del 70% de las empresas informaron de que el trabajo híbrido tenía un efecto muy positivo en la productividad. Por el contrario, sectores como el turismo, los servicios públicos y la sanidad, que dependen en gran medida de las interacciones en persona, informaron de niveles más bajos de mejora de la productividad.

Comercio electrónico

Otro cambio significativo en el mundo pospandémico ha sido la evolución en el comportamiento de los consumidores. El comercio electrónico ha experimentado un gran auge y empresas de diversos sectores han reconocido el potencial a largo plazo de las ventas online que para muchos clientes se han convertido en la opción de compra por defecto. Las compañías que ya han invertido en digitalización están redoblando sus esfuerzos, mientras que las que no se adentran en este mercado en evolución corren el riesgo de sufrir pérdidas significativas que, en última instancia, pondrán en peligro su competitividad y su relevancia en el mercado.

Inflación y tipos de interés

El entorno económico al que se enfrentan los empresarios sigue siendo un factor crítico para determinar el éxito a largo plazo. Las empresas de tamaño medio tendrán que lidiar con un complejo panorama macroeconómico afectado por las presiones inflacionistas y la dinámica de los tipos de interés.

La inflación, que se disparó en los últimos años debido a los desequilibrios entre la oferta y la demanda tras la pandemia y a las tensiones geopolíticas, será más moderada en 2025. Cebr pronostica que los tipos de interés serán más bajos, lo que proporcionará cierto alivio a las empresas y permitirá una mayor inversión en proyectos de capital, expansiones e iniciativas de transformación digital.

Sin embargo, dado que los tipos de interés se elevaron a máximos a corto plazo, los costes de endeudamiento se mantendrán por encima de los observados durante gran parte de los últimos 15 años, por lo que las empresas que dependen de préstamos para su expansión deben gestionar cuidadosamente el flujo de caja para evitar un apalancamiento excesivo, especialmente en sectores con márgenes más ajustados.

Otra cuestión crítica que ha despertado inquietud es la posibilidad de una recesión mundial impulsada por una desaceleración percibida en la economía estadounidense. Los resultados de EE.UU. seguirán jugando un papel clave en el escenario económico para las empresas de todo el mundo, en particular en los países que se enfrentan a turbulencias comerciales bajo la presidencia de Trump.

Cadena de suministros

Por otra parte, las cadenas de suministro internacionales, que aún se recuperan de los problemas causados por la pandemia, siguen bajo presión. La incertidumbre en Oriente Medio ha reavivado la preocupación por la vulnerabilidad de la cadena de suministros. Las incidencias en los principales mercados podrían provocar retrasos en la producción o un aumento de los costes, especialmente en sectores como la industria manufacturera, el comercio minorista y la tecnología.

La creciente preocupación en torno a las vulnerabilidades de la cadena de suministro es evidente, ya que casi la mitad (45%) de las empresas afirman que las interrupciones de la cadena de suministro son una amenaza mayor ahora que hace cinco años, y las implicaciones financieras de estas interrupciones son significativas.

No obstante, las empresas están siendo proactivas a la hora de mitigar estos riesgos. De media, las empresas realizan auditorías de su cadena de suministro tres veces al año, y el 19% de las organizaciones lleva a cabo más de cuatro auditorías anuales. Las empresas con cadenas de suministro más diversificadas tienden a ser especialmente diligentes y el 98 % de ellas realizan auditorías al menos una vez al año.

Ciberseguridad

Las empresas están cada vez más preocupadas por el impacto financiero y operativo de los ciberataques. Más de la mitad (54%) de las empresas encuestadas señalaron que las ciberamenazas se han agravado en los últimos cinco años.

La realidad de estos riesgos queda subrayada por un estudio de Cebr que revela que más de un tercio de las empresas británicas fueron víctimas de actividades fraudulentas, ciberataques o filtraciones de datos el año pasado, lo que supuso unos costes de 11.300 millones de libras sólo para el sector minorista.

Retención de talento

Otra de las realidades pospandémicas que aún prevalece es la dificultad para retener el talento laboral. Por ejemplo, en Reino Unido y Alemania, el 31% y el 27% de las empresas, respectivamente, informan que su capacidad para retener el talento ha empeorado desde 2019. A medida que las empresas continúan adaptando sus operaciones e invirtiendo en tecnología, abordar los desafíos de recursos humanos seguirá siendo una prioridad.

Inteligencia artificial

Además de los retos, en los últimos años hemos asistido a grandes oportunidades y, entre ellas, la más destacada es la Inteligencia Artificial. Aunque algunas organizaciones han dudado en adoptar plenamente la IA, las que no lo hacen corren el riesgo de perderse una de las herramientas más transformadoras disponibles en la actualidad. La concienciación al respecto es cada vez mayor: el 77% de las empresas han informado de un aumento de la inversión o el uso de la IA en los últimos cuatro años.

En el caso de las empresas más grandes, la inversión media anual en IA ha alcanzado los 1,5 millones de dólares, lo que pone de manifiesto el interés por el potencial de esta tecnología. A pesar de estas importantes inversiones, muchos de los beneficios previstos de la IA aún no se han materializado plenamente.

El impacto de la IA variará según los sectores. Industrias como la informática y las finanzas serán las más beneficiadas y pueden esperar mejoras sustanciales de la productividad. Por el contrario, los sectores que dependen de tareas centradas en el ser humano, como la sanidad o la hostelería, pueden tener dificultades para integrar plenamente la IA en sus operaciones.

El éxito en 2025

En su análisis sobre las perspectivas empresariales para 2025, Samuel Miley concluye que el éxito favorecerá a aquellas empresas que sean adaptables, tengan visión de futuro y estén comprometidas con la sostenibilidad. Y destaca que el trabajo híbrido, el comercio electrónico y la IA no son meras tendencias, sino oportunidades para impulsar la eficiencia y la innovación.

Aunque sigue habiendo retos como las interrupciones de la cadena de suministro, las amenazas a la ciberseguridad y las incertidumbres económicas, las empresas que gestionen estos riesgos de forma proactiva y se adelanten a los cambios normativos estarán mejor posicionadas para prosperar. En última instancia, las empresas que equilibren la innovación con la responsabilidad liderarán el futuro.