
¿En qué consiste el proceso de reestructuración empresarial y refinanciación?
Uno de los servicios que ofrece MOORE España a empresas y profesionales es el de asesoramiento en la reestructuración y refinanciación empresarial, un proceso que puede resultar clave para el desarrollo de cualquier negocio, en especial cuando se encuentra en apuros económicos. Te contamos los aspectos básicos:
Una reestructuración empresarial consiste en la reorganización de los diferentes elementos que afectan al funcionamiento de una compañía con el fin de buscar un mejor rendimiento de la misma. En este sentido, hablamos de reestructuración operativa cuando la reorganización se enfoca en la eficiencia interna de la empresa, en sus áreas de producción, venta o administración, con el objetivo de reducir costes y/o mejorar la productividad. Por otro lado, hablamos de reestructuración legal cuando lo que se reordena es la estructura jerárquica, la definición mercantil de la compañía o el tipo y número de filiales que la componen y su relación entre ellas.
Por el contrario, nos referimos a reestructuración financiera cuando se trata de reorganizar los activos y pasivos económicos de una compañía, es decir, su capital y sus deudas, con el fin de alcanzar una mejora en la rentabilidad a medio o largo plazo. Se trata de un proceso de optimización o saneamiento que se aplica, en la mayoría de las ocasiones, para evitar problemas económicos que pongan en riesgo la viabilidad de la empresa.
A menudo, los planes de reestructuración financiera de compañías con problemas deben complementarse con planes de reestructuración operativa para abaratar costes e incrementar ingresos, e incluso con una reestructuración legal para optimizar la carga impositiva.
¿En qué consiste la refinanciación?
Las acciones llevadas a cabo dentro de una reestructuración financiera son variadas y pueden incluir, por ejemplo, la venta de activos mobiliarios e inmobiliarios para lograr liquidez, la solicitud de nuevos préstamos o la conversión de deuda en capital, otorgando a los acreedores una participación en la empresa a cambio de la cancelación de la deuda.
Sin embargo, en la mayoría de los casos, una reestructuración financiera implica la renegociación de las deudas de la compañía para llegar a convenios entre el acreedor y los deudores bajo un esquema que propicie el beneficio mutuo. En este caso, el objetivo principal es adaptar la estructura de la deuda a su capacidad real de generación de ingresos, permitiendo que el negocio continúe operando, pagando sus deudas y evitando el cierre.
La refinanciación empresarial consiste, por tanto, en la sustitución de la deuda existente por un nuevo acuerdo de deuda en condiciones más asequibles para la situación de la compañía, ya sea con tasas de interés inferiores, plazos más largos, periodos de gracia o posibilidad de consolidación de deudas.
¿Cuándo debe buscarse una refinanciación?
La refinanciación es una herramienta económica que las empresas pueden utilizar en situaciones de bonanza para aprovechar mejores condiciones del mercado como, por ejemplo, tras la variación de los tipos de interés, pero que se vuelve crucial en situaciones de problemas económicos.
Para que esta refinanciación sea útil, es fundamental ser previsor y encarar los planes de reestructuración cuando se detectan las primeras señales de una posible insolvencia, ya sea por la reducción del flujo de caja, el aumento del endeudamiento, la incapacidad para incumplir con todos los pagos, la reducción de la rentabilidad o el deterioro de la relación con los acreedores.
El texto refundido de la ley concursal, aprobado en septiembre de 2022, introdujo los planes de reestructuración como un instrumento preconcursal dirigido a evitar la insolvencia y facilitar la recuperación de las empresas en dificultades, así como la figura del experto reestructurador que ejerce de interlocutor entre empresa y acreedores para facilitar la firma de un acuerdo. Esta misma ley diferencia entre insolvencia actual, inminente o probable según el momento de detección de la misma. Lo ideal es aplicar la refinanciación y el resto de mecanismos necesarios durante la insolvencia probable, es decir, cuando se estima un plazo de entre 3 y 15 meses para llegar al impago y la persona jurídica aún no puede ser sujeto de un concurso de acreedores por parte de un tercero, pero sí puede utilizar los mecanismos que integran el derecho preconcursal como son los planes de reestructuración.
En un entorno económico en constante cambio, MOORE España acompaña a las empresas en la redefinición de su estructura financiera y operativa para garantizar su viabilidad. Los expertos del área de Concursal y Reestructuraciones de la firma diseñan estrategias personalizadas de refinanciación, negocian con acreedores y optimizan los recursos disponibles para proteger la continuidad del negocio.