El crecimiento de la economía global implica un aumento de las transacciones transfronterizas y, cada vez más, las opciones de crecimiento de una compañía se basan en su internacionalización. Esta fase de desarrollo de una empresa puede darse en distintos niveles de vinculación a otros países, desde la inversión en compañías extranjeras a la instalación de sucursales en otros mercados, pasando por la importación o exportación de productos. En cualquiera de los casos, este proceso requiere de un detallado plan de introducción en los distintos territorios en el que la comprensión y optimización de la fiscalidad supone un aspecto básico.

Las implicaciones fiscales de un negocio internacional van mucho más allá de la mera tributación directa en cada estado, ya que conlleva una gran cantidad de trabas burocráticas -pero también oportunidades- a la hora de estructurar las líneas de suministro y la operativa de la compañía, como por ejemplo dónde compensa establecer la residencia fiscal o desde dónde es mejor importar material.

A esto se añaden cuestiones como los derechos de aduana nacionales y extranjeros, la aplicación y declaraciones de IVA, las declaraciones de introducción o expedición de mercancías, las declaraciones de bienes y derechos situados en el extranjero, o los precios de transferencia.

Uno de los aspectos más relevantes a la hora de manejar la fiscalidad internacional de una compañía se centra en evitar que una misma ganancia pueda resultar gravada por más de un estado. Para ello es necesario entender y aprovechar los convenios para evitar la doble imposición (CDI): acuerdos bilaterales o multilaterales entre diferentes estados para promover el crecimiento de las economías nacionales mediante las inversiones exteriores. Estos convenios determinan a qué país corresponde un determinado  gravamen cuando son varios los que tienen derecho a su imposición, y de esta manera dotan de seguridad jurídica a los inversores y reducen la fiscalidad de dichas inversiones.

En la actualidad, España mantiene 99 convenios de este tipo (más otros 5 en tramitación) para facilitar las inversiones extranjeras en España o de capital español en el exterior. Cada acuerdo establece determinadas condiciones y límites por lo que se hace necesario revisarlos en cada caso.

La asesoría fiscal internacional de MOORE

El área de asesoramiento tributario de MOORE España ofrece un servicio de asesoría fiscal especializada para sociedades y grupos que operan o desean operar a nivel internacional. Este servicio garantiza el cumplimiento de las diferentes legislaciones de cada país, pero también busca aprovechar las posibilidades que ofrecen los convenios fiscales internacionales para optimizar la  carga fiscal de sus empresas cliente.

La red internacional que forman las firmas adheridas a MOORE Global proporciona a sus clientes acceso a un servicio integral de planificación fiscal internacional, y a toda la información fiscal y comercial en el extranjero que necesitan para hacer crecer con éxito su negocio global. Esto incluye asesoramiento sobre temas tan dispares y necesarios como:

• Estructuras de financiación de grupos internacionales.
• Transacciones transfronterizas y precios de transferencia.
• Comercio internacional.
• Residencia de la sede social de la compañía.
• Comercio en, o con, países específicos.
• Implantación o contratación de sucursales, agencias y empresas de servicios.
• Inversión interior y exterior.
• Protección de activos, rentas y plusvalías mediante estructuras y fideicomisos en el extranjero.
• Acuerdos internacionales de empleo.
• Propiedad intelectual a nivel internacional.
• Servicios internacionales a clientes privados.
• Asesoramiento y apoyo local detallados.

La labor de asesoramiento fiscal es solo uno de los puntos en los que MOORE apoya a sus clientes en su proyecto de internacionalización, ya que también ofrece soporte en la búsqueda de opciones de financiación, asesoría sobre aspectos legales en cada país, o asesoría laboral para la contratación de empleados en otros mercados.