Se acelera el ritmo hacia el objetivo de cero emisiones
La red internacional de firmas de consultoría y auditoría de MOORE Global prevé un escenario en el que las empresas tendrán que redoblar sus esfuerzos para alcanzar el objetivo de cero emisiones netas en un plazo complicado, entre otras cosas porque gran parte de la tecnología necesaria para ello aún está por validar o incluso por inventar.
De acuerdo con el análisis de previsiones para 2024 realizado por David Tomasi, líder del sector de Energía, Minería y Renovables de MOORE Global, es probable que el ritmo de transición de los combustibles fósiles a las energías renovables se acelere durante este año a nivel mundial, en especial tras el inesperado apoyo que los líderes mundiales dieron a la transición energética en la cumbre del clima COP28 celebrada en Dubai.
El comunicado final de esta cumbre, señalando que el mundo “se aleja de los combustibles fósiles», representa el primer acuerdo sobre la eliminación progresiva del carbón, el petróleo y el gas en casi tres décadas de negociaciones.
La reducción de emisiones se afianza el sector energético
El sector del petróleo y el gas —el que más tiene que perder con este nuevo acuerdo— parece estar mostrando al resto de empresas el camino a seguir, invirtiendo en tecnologías y prácticas que mejoran la eficiencia energética de sus operaciones. Esto incluye el uso de sistemas avanzados de control, equipos de bajo consumo y procesos mejorados para minimizar el consumo de energía.
Gracias a la visión de mercado que le permite su amplia red de firmas de consultoría y auditoría, la previsión de MOORE Global es que muchas de las infraestructuras más antiguas se sustituyan por procesos más eficientes y respetuosos con el medio ambiente. David Tomasi utiliza la empresa de perforación Abraaj Energy, con sede en Omán, como ejemplo de cómo los pequeños cambios pueden marcar una diferencia significativa: El objetivo de esta compañía es ser neutra en emisiones de carbono en 2030 sustituyendo los generadores diésel de las plataformas pasando de forma sencilla al gas natural licuado (GNL) o al hidrógeno. Además, en un esfuerzo por reducir las emisiones de las flotas de vehículos, las empresas petroleras y gasísticas también están introduciendo vehículos eléctricos en sus operaciones
Las empresas están encontrando estos ajustes en su forma de operar relativamente sencillos, pero el cambio necesario para alcanzar el cero neto de emisiones requiere la adopción generalizada de la Inteligencia Artificial (IA) para ayudar a descubrir cómo convertir algunos de los avances tecnológicos más prometedores en productos y servicios prácticos y rentables.
Presión para alcanzar las cero emisiones
El impulso hacia las energías limpias se debe en parte a la presión de las partes interesadas y los inversores. La agenda de la sostenibilidad está ya firmemente arraigada en todos los consejos de administración, y las compañías tradicionales se esfuerzan por demostrar que están en el lado correcto de la historia.
Con este objetivo en mente, las 50 mayores empresas petroleras y gasísticas firmaron en la COP28 el compromiso de alcanzar emisiones de metano próximas a cero para 2030, así como emisiones netas de carbono cero en su uso y producción de energía para 2050. Aun así, este acuerdo recibió una tibia respuesta, según un análisis de Reuters, ya que no basta para convencer a muchos gestores de fondos sostenibles de que incluyan a estas empresas en sus carteras.
Parece probable que en los próximos años las empresas petroleras y gasísticas se centrarán aún más en la transparencia en torno a los informes medioambientales, sociales y de buen gobierno corporativo (ESG, por sus siglas en inglés) y de sostenibilidad, dirigidos a las partes interesadas. Cada vez más, buscarán garantías independientes para evitar ser acusadas de green washing, es decir, de utilizar estrategias para aparentar ser más respetuosas con el medio ambiente de lo que en realidad son.
Esto repercute inevitablemente en la cadena de suministro, formada por empresas medianas que no siempre tienen la capacidad financiera para introducir los cambios en sus modelos de negocio y prácticas operativas que ahora pueden ser necesarios para conseguir contratos. Este tipo de empresas necesitan una estrategia de transición clara y una hoja de ruta sensata para aumentar el uso de energía sostenible en sus operaciones.
A los proveedores de nivel medio ya no les basta con convencer al director de compras de una gran petrolera de su eficacia y capacidad para hacer el trabajo. Pronto, accionistas, empleados, clientes y gobiernos examinarán de cerca todos los aspectos de sus operaciones. En este escenario cobra mayor importancia el papel que pueden jugar los expertos en consultoría como los de MOORE España, que cuentan con una división específica para asesorar a sus clientes en materias de sostenibilidad.