Entre el 31 de octubre y el 12 de noviembre de 2021 se celebra en Glasgow la COP26, la vigesimosexta cumbre internacional del clima, que pretende reforzar y hacer seguimiento de los objetivos establecidos en la Cumbre de París, celebrada en 2015, en la que se firmaron los famosos recortes de emisiones de carbono.
En la presente cumbre de Glasgow están en juego el objetivo de mantener el calentamiento global por debajo de 1,5 grados y la consecución del objetivo del “cero neto global” para mediados de siglo, es decir, conseguir que la cantidad de emisiones de CO2 emitidas por la humanidad a la atmósfera sea igual a la cantidad de CO2 eliminada de la atmósfera. Para ello ya no basta con la acción unilateral de los gobiernos, sino que se hace imprescindible la participación de las empresas y la sociedad civil.
Sin embargo, hace tan solo unos meses MOORE GLOBAL ya advirtió que el mundo no está listo para cumplir con los objetivos de emisiones y en su informe de Moore Intelligence propuso algunos pasos prácticos que deben tomarse ya para reducir sustancialmente las emisiones y trabajar hacia el cero neto.
El informe MOORE GLOBAL sobre la reducción de emisiones
MOORE GLOBAL es una de las redes de contabilidad y asesoría líderes en el mundo, y por ello cuenta con el conocimiento suficiente para saber que muchos líderes mundiales están pasando por alto el hecho incómodo de que la inversión, las actualizaciones tecnológicas y la infraestructura necesarias aún no están disponibles para hacer del cero neto una realidad.
El informe de Moore Intelligence destaca que, aunque el mundo está encaminado a reemplazar los combustibles de carbono con alternativas más respetuosas con el clima, algunas de las principales industrias del mundo tendrán dificultades para cumplir los objetivos de emisiones de 2050. El principal problema, según los expertos de MOORE GLOBAL, es que las nuevas soluciones tecnológicas, con las que los legisladores cuentan para proporcionar alternativas a los combustibles fósiles, aún se encuentran en las primeras etapas de desarrollo o aún no se han inventado.
David Tomasi, líder global del grupo de Energía, Minería y Renovables de MOORE GLOBAL señala que “el mundo debe hacer la transición de las fuentes de energía tradicionales y las técnicas de minería si esperamos alcanzar los objetivos de emisiones netas cero para 2050, y cada día que lo retrasamos hace que la tarea sea un poco más complicada, un poco más dura. Debemos dejar de hablar de objetivos y dividendos ecológicos y comenzar a considerar los pasos prácticos que debemos tomar para llegar al punto en que tengamos una economía global verdaderamente sostenible”.
Cómo reducir las emisiones de carbono
Como parte de su informe, los expertos de MOORE GLOBAL en Energía, Minería y Recursos Naturales, propusieron una serie de soluciones a corto y medio plazo que se pueden implementar ya para los problemas más urgentes:
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- Electrificar partes vitales del proceso minero para convertir en “limpias” las técnicas de extracción de los minerales necesarios para producir productos carbono-neutrales.
- Utilizar gas natural licuado como combustible marino para impulsar la nueva generación de barcos que reducirá un 30% las emisiones del transporte marítimo.
- Mejorar las infraestructura para vehículos eléctricos para extender su uso, en especial en regiones menos desarrolladas.
- Reducir la energía requerida por la minería de criptomonedas que actualmente demanda enormes cantidades de potencia computacional, gran parte de ella proveniente del carbón.
- Repensar el uso de la energía nuclear considerando que los avances técnicos han solucionado los posibles problemas de seguridad.
Esto son solo algunas medidas que se pueden implementar de manera “inmediata” para algunos de los problemas más graves, pero el objetivo es que las soluciones prácticas se extiendan a todos los niveles y todos los sectores.
Las organizaciones internacionales y los gobiernos estatales quieren implicar en el objetivo de reducción de emisiones a todos los niveles de la administración y, sobre todo, al sector privado, donde cada empresa deberá llevar a cabo sus propios planes de reducción de emisiones y producción sostenible.
Para ello ya se han puesto en marcha numerosas medidas que combinan los incentivos con las sanciones y que se convertirán en algo muy habitual en los próximos años. Cada empresa, no importa su tamaño, deberá asesorarse sobre cómo pueden afectar estas normas, para bien o para mal, en el desarrollo de su trabajo diario y en su cuenta de resultados, y qué medidas deben o pueden adoptar para participar en el objetivo de reducción de emisiones. Está en manos de cada empresa adelantarse a este proceso y convertirse en una compañía sostenible.